Los estamentos militares de los países potencia del mundo han manejado durante mucho tiempo, antes que se convirtiera en dominio civil, tecnologías de punta aplicadas a labores de seguridad nacional o territorial e incluso vigilancia. Ejemplo de esto han sido los Sistemas de posicionamiento global, más conocido por las siglas GPS.
Primeramente, creado e implementado para aplicaciones militares en los tiempos de la llamada Guerra Fría, los GPS son una las tecnologías que más han influido en el campo de la topografía y sus métodos de trabajo.
Uno de los aspectos más descollantes que ha supuesto la introducción de los sistemas globales de posicionamiento o GPS en la topografía es en la manera en que ahora se puede hacer la recolección y almacenamiento de datos, pero también el cálculo de los mismos, así como su transmisión en un levantamiento, además de permitir realizar una representación gráfica y detallada de todos estos datos recogidos. Y esto, definitivamente, no es poca cosa.
Hay que decir primero que los sistemas de posicionamiento global no son necesariamente exactos en todas y cada una de sus operaciones porque la precisión de las mediciones y representaciones visuales que se obtienen mediante GPS dependen en parte también de la particular situación de los satélites en cuanto a elevación, altura, horario, para así obtener una mejor calidad de los valores de posicionamiento buscados.
Sin embargo, por lo general los sistemas GPS aplicados a los análisis de superficie dan resultados muy plausibles, entre los que se pueden mencionar:
Quizás, tanto los sistemas de posicionamiento global (GPS) y la estación sean de las herramientas que más han transformado el modo en que, desde la ciencia topográfica, los técnicos profesionales de la medición calculan, procesan, suministran y grafican, información sobre las coordenadas de una superficie cualquiera, con una precisión encomiable por su exactitud.